miércoles, septiembre 10

Podría, y lo hago.

Podría comenzar diciéndole al mundo que tú estás hecha para mí y yo para ti, pero eso está claro.
Podría decirte que me muero por verte, pero la verdad es que vivo para volver a perderme en tus ojos.
Podría decirte que no aguanto un día más sin tu sonrisa, pero sigo aguantando con tal de volver a verla.
Podría decirte que se me van a caer los labios a trozos si no los besas, pero solo se agrietan esperando el momento de encajar con los tuyos de nuevo.
Podría decirte que me muero por volver a bailar contigo, por poder recogerte cada día en tu puerta, por hacer una locura de tu mano cada día, por no levantarme y cagarme en la puta al estar tan lejos, pero eso está claro.
Podría decirte que cada despedida es como cien flechas por la espalda, pero joder, es mucho peor.
Podría decirte que mis brazos se sienten inútiles y perdidos cuando no te rodean, pero necesitan descansar para abrazarte más fuerte en la próxima cita.
Podría decirte que pienso en ti las 24 horas del día, pero es que si hubiera 200 horas, también lo haría.
Podría decirte que no quiero separarme de ti jamás, pero es que prefiero ni pensarlo.
Podría decirte que que eres mi sueño, pero también eres mi realidad.
Podría alargar eternamente esta entrada, pero prefiero decirte todo esto en persona.
Podría decirte que te quiero, pero ya lo sabes.

Hoy hace 62 días, 1488 horas o si lo prefieres 89280 minutos desde que me volviste completamente loco. Te quiero, te quiero más que a nada en el mundo.

A ti, esperando volver a sacarte esa sonrisa que me encoge el corazón.
Gracias.