martes, agosto 27

Desde el abismo.

A veces abro el blog y leo mis primeras entradas, leo la que era mi forma de pensar, y no es que haya cambiado, pero ahora escribo diferente, ahora soy otra persona. O no. Hace ya un tiempo que no sé lo que me pasa. Han ocurrido demasiadas cosas, todo muy junto, es probable que mi vida dé un giro drástico en apenas un mes. No sé si reír o llorar, y no hago ninguna de las dos cosas. Busco la raíz de mi problema, pero me pierdo, a veces creo que ni siquiera tengo un problema, pero en realidad, eso sí que sería un problema. Puede que tal vez solo quiera destrozarme a mí mismo, puede ser que me haya vuelto loco, que quiera quedarme completamente solo y acabe por perderles a todos. Vaya, he dicho todos como si fueran muchos. He conocido a muchas personas en mi vida, creía haber hecho muchos amigos, pero no puedo contar ni con una cuarta parte de todos ellos. Aún así, debería dar las gracias por los que están ahí, si alguna vez me pasara algo me gustaría que por casualidad leyeran esto y supieran que les quiero, porque es así. Luego está ella. Bueno, ese 'luego' no es totalmente correcto; ella está por delante de todo lo demás. No he sabido tratarla como se merece, como una princesa. Me he destrozado a mí mismo, y me estoy llevando todo por delante, incluso nuestro amor. Aún no está todo perdido, es cierto, pero no encuentro las fuerzas que necesito para levantarme y salir del pozo. Y me doy asco, porque hay gente que está fatal, gente que ni siquiera tiene para comer, gente que está al borde de la muerte, que está en un abismo de verdad, y yo me quejo sin saber mencionar el motivo. No sé qué decir, estoy tan estancado que no encuentro ni las palabras para expresarme. Aún no sé ni el por qué estoy escribiendo esto, si lo hago para defenderme, para excusarme por mi comportamiento, o para inventarme un consuelo que nadie va a creerse. La verdad es que echo de menos cuando era tan ingenuo e ignorante, cuando no me daba cuenta de las cosas, de las maldades, de las putadas. Echo de menos cuando simplemente era feliz, cuando sonreía y solo quería hacer sonreír a los demás, porque sí, la felicidad sí existe, será efímera, o será como sea, pero a día de hoy, con la mierda al cuello, al menos puedo decir que he sido feliz en esta puta vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario