jueves, septiembre 12

El próximo tren.

Llevo días pensando 'Venga, voy a escribir' pero al final acabo tumbado en el sofá y sin ganas de nada. Hoy ya era el momento. Estos días pensaba que tenía que luchar, que no valía tirarme en la cama y empezar a quejarme de todo, era hora de disfrutar la vida al máximo, de exprimir cada segundo. Ojalá durara más de tres días ese pensamiento en mi cabeza. Pero no. Hay trenes y trenes. Que no os engañen, van a seguir pasando uno detrás de otro, pero bien es cierto que igual el que coges no es el adecuado, o no lo coges en el momento que deberías. En mi caso me paso la vida queriendo coger cada tren, en todo momento, pero acabo por no coger ninguno. Dentro de poco, en apenas dos semanas tengo un tren que coger, quizás el más importante, el que termine por definir completamente mi vida, pero desde hace unas horas me he planteado el dejarlo pasar, el seguir por el mismo camino que iba. Acabo de salir de la ducha, esa típica ducha un poco más larga de lo normal en la que repasas todo lo que tienes en mente, dándole más y más vueltas, sin ni siquiera darte cuenta de que te estás duchando, te olvidas de todo a tu alrededor, solo sientes el agua cálida recorriendo cada poro de tu piel. Seguramente cada minuto que pase me vuelva un poco más indeciso. Sí. No. Sí. No. Sí. No.. No por todo lo que dejo atrás. Sí por todo lo que me voy a perder si no lo hago. Sé que tengo que coger ese tren, pero sé que va a ser duro. Lo que no sé es de dónde voy a sacar las fuerzas para subir y llegar al final del trayecto. Hoy he vuelto a derrumbarme, y justo después me he vuelto a decir a mí mismo 'Eh, levántate, así no solucionas nada'. Pero no me he levantado, no puedo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario